miércoles, 19 de mayo de 2010

Del momento . . .


Mientras me hablabas y yo te miraba, se detuvo el tiempo en medio instante: el amor me llamaba y yo le obedecía. Mientras me susurrabas y yo te amaba, se alzaron los sentimientos, mandó tu voz, el cielo se hizo visible en tus ojos, y yo pronuncié el querer en tus labios.
El amor está muy bien a su modo, pero la amistad es una cosa mucho más alta. Realmente no hay en el mundo nada más noble y raro que una amistad verdadera.
No hay más goces reales en el mundo que el amor fiel de la casa, y la amistad en los pocos hombres buenos.
Creo que la amistad entre el hombre y el perro no sería duradera si la carne de perro fuera comestible.

1 comentario:

César Tzu dijo...

de echo si es comestible, en algunos lugares se los comen